Desde 2015 aquellas personas que no pueden hacer frente a sus deudas tienen la posibilidad de acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad, que tiene como principal objetivo ayudar a aquellas personas que están pasando por una delicada situación económica.
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Una segunda oportunidad para autónomos y particulares
La Ley de Segunda Oportunidad es un recurso legal enfocado tanto a particulares como a autónomos que ofrece la posibilidad de renegociar la deuda cuando no es posible hacer frente a su pago. Además, en algunos casos se podrá eliminar la deuda, ya sea de forma parcial o total.
Si tenemos en cuenta que son muchas las personas que están en situación de impago, no es de extrañar que estemos ante un tipo de ley que cuenta con un gran reclamo en la actualidad. Además, se espera que cada vez sean más las personas que busquen beneficiarse de este recurso legal que tenemos a nuestra disposición.
¿Cuáles son los requisitos para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad?
Considerando las numerosas ventajas que nos ofrece esta ley no es de extrañar que una de las dudas más recurrentes en la actualidad es conocer los requisitos que se necesitan para solicitar este recurso legal. ¿Verdad?
Efectivamente, para poder contar con esta ayuda es indispensable cumplir con una serie de requisitos. Son los siguientes:
- Ser un deudor de buena fe
- Que la deuda contraída no supere la cantidad de 5 millones de euros
- Demostrar que no se dispone del patrimonio suficiente para asumir la deuda
- No haber sido condenado como culpable en un concurso de acreedores
- No haber sido condenado en diferentes delitos; como por ejemplo delitos económicos, delitos contra los derechos de los trabajadores, contra la Hacienda Pública o contra la Seguridad Social, entre otros.
- No haberse acogido a la Ley de Segunda Oportunidad en los últimos 10 años.
Fases de la Ley de Segunda Oportunidad
Antes de iniciar los trámites relacionados con esta ley es indispensable que se haya intentado conseguir un acuerdo extrajudicial con los acreedores de la deuda. Esto es, tiene que haber constancia de que el deudor ha buscado una solución amistosa con el objetivo de saldar la deuda con los acreedores.
De este modo, es importante aclarar que el objetivo de esta ley no es únicamente ofrecer una nueva oportunidad a aquellas personas que no pueden afrontar una deuda, sino que también tiene como finalidad proteger los derechos de cobro que tienen los acreedores de las deudas.
En caso de que deudor y acreedor no lleguen a un acuerdo será necesario entrar en un proceso judicial que consiste en declarar un concurso de acreedores de carácter voluntario, que servirá para dejar constancia que no se ha llegado a un acuerdo relacionado con el pago a los acreedores.
A partir de aquí será el Juez quién dictamine si es posible cancelar, de forma parcial o total, la deuda del solicitante, siendo necesario aplicar el Beneficio de Exoneración Pasivo Insatisfecho y, para ello, es esencial que se cumplan estas condiciones:
- Que el deudor haya actuado de buena fe durante todo el proceso
- Que el deudor demuestre que no puede afrontar la deuda contraída, así como también haya devuelto la máxima cantidad posible.
- Que el deudor carezca de dinero y bienes (en caso de que los tuviera estaría obligado a abonarlos a los acreedores)
En definitiva, podemos determinar que la Ley de Segunda Oportunidad es una alternativa que permitirá al deudor empezar una nueva vida sin deudas, aunque hay que aclarar que tampoco podrá disfrutar de ningún bien, dado que servirá para afrontar parte de la deuda contraída.