La Ley de Segunda Oportunidad se ha convertido en un recurso legal muy reclamado en la actualidad, debido a que ofrece una oportunidad a todas aquellas personas que se encuentren en una situación de impago que no pueden resolver.
Una de las dudas más frecuentes entre las personas que desean solicitar la Ley de la Segunda Oportunidad es si pueden perder la vivienda si se acogen a esta ley. En este sentido, hay que destacar que este recurso permite destinar todo el patrimonio para pagar las deudas actuales, de modo que lo habitual es que el deudor pierda su vivienda.
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¿Es posible conservar la vivienda acogiéndose a la Ley de la Segunda Oportunidad?
Si, aunque es necesario cumplir con una serie de requisitos. A continuación, explicaremos los diferentes escenarios que pueden suceder con la vivienda del deudor:
- Pérdida de la vivienda: Estamos ante la opción más habitual ya que se utilizará la vivienda como forma de pago a los acreedores.
- Dación en pago de la vivienda: Este caso también incluye la pérdida de la vivienda del deudor, sin embargo, cuenta con la característica que se le exonerarán todas las deudas que tenga pendientes.
- Conservar la vivienda: Esta última alternativa solo será posible en casos concretos y que cumplan con una serie de requisitos que vamos a conocer a continuación.
Requisitos para conservar la vivienda en caso de solicitar la Ley de la Segunda Oportunidad
Ya hemos explicado anteriormente que al solicitar esta ley lo más habitual es que el Juez imponga la venta de la vivienda con el objetivo de hacer frente a la deuda contraída con los acreedores, aunque hay que hablar de una serie de excepciones donde el deudor podrá conservar su vivienda.
Cuando el valor de la hipoteca sea más elevado que el valor de mercado de la vivienda
Una situación lógica si tenemos en cuenta que en caso de que el valor de la hipoteca sea superior al precio de la vivienda, la enajenación no solamente no saldará la deuda, sino que tampoco podrá cancelar la garantía hipotecaria.
Ante esta situación, es muy poco probable que el Juez ordene la venta de la vivienda, siempre y cuando estemos ante la única vivienda con la que cuente el deudor, es decir, la vivienda de residencia habitual.
Cuando la enajenación de la vivienda implique un empeoramiento de la situación económica
Aunque pueda ser difícil de creer, vender una vivienda suele ser un proceso complejo y que implica invertir dinero. Esto es, otra de las opciones que tenemos a nuestro alcance para evitar la pérdida de nuestra vivienda en la Ley de la Segunda Oportunidad es cuando la operación no sea económica.
La realización de obras previas o la solicitud de todo tipo de certificados son, solamente, algunos de los ejemplos donde la venta de una vivienda genera gastos elevados que harán posible que el deudor pueda conservar su vivienda habitual, aunque la decisión final deberá ser tomada por un juez.
En conclusión, si bien es cierto que la vivienda suele actuar de moneda de cambio entre deudor y acreedor, existen supuestos donde se determina que es preferible que el deudor conserve su vivienda con el objetivo de no generar más deuda y es que este es uno de los principales objetivos de la Ley de la Segunda Oportunidad.
De todos modos, si estás pensando en solicitar la Ley de la Segunda Oportunidad es esencial contar con la ayuda de profesionales especializados en este sector, ya que nos ofrecerán un asesoramiento personalizado que nos permitirá tomar las mejores decisiones.